Más allá de su papel en la cocina y su contribución a la biodiversidad, los hongos ofrecen otros beneficios asombrosos: pueden mejorar la salud humana. Los hongos medicinales, también conocidos como hongos funcionales, poseen compuestos que pueden regular la actividad del sistema inmune, lo cual beneficia el rendimiento físico y la adaptación ante cambios ambientales y estrés.
Uno de los principales componentes activos presentes en los hongos medicinales son los beta-glucanos, que tienen un impacto significativo en la respuesta inmune. Los beta-glucanos estimulan la producción y activación de células clave del sistema inmunológico y promueven la liberación de sustancias que fortalecen la respuesta inmune.
Además de los beta-glucanos, otros polisacáridos presentes en los hongos medicinales también ejercen un efecto inmunoestimulante. Estos polisacáridos tienen estructuras únicas que interactúan con los receptores del sistema inmunológico, desencadenando respuestas específicas.
Existen alrededor de 200 especies de hongos medicinales, pero solo un pequeño grupo ha sido estudiado y cultivado más ampliamente. Entre ellos destacan: Reishi, Shiitake, Cordyceps, Maitake, Melena de León y Cola de Pavo.
Estos hongos se han utilizado en la medicina tradicional de diferentes culturas durante siglos y actualmente se investigan para desarrollar medicamentos y suplementos nutricionales naturales. Se consumen en diferentes formas, como extractos líquidos o en polvo, cápsulas e infusiones, y son utilizados para fortalecer el sistema inmunológico, prevenir y tratar enfermedades, equilibrar las hormonas, mejorar la salud cardiovascular, reducir el estrés y promover el bienestar general.
Aunque existen vestigios del aprovechamiento de hongos por el hombre para alimentación y curar enfermedades desde hace 25 mil años, su uso en la medicina fue registrado por escrito por primera vez hace casi 5 mil años por el emperador Shennong, en el libro “Tratado de las Materias Medicinales”, donde se describía la utilización de Reishi para tratar una amplia variedad de enfermedades. Desde entonces, este hongo es muy apreciado por sus propiedades antioxidantes, antiinflamatorias, inmunomoduladoras, antivirales y antitumorales, y se ha usado para tratar el cáncer, hipertensión, diabetes, enfermedades hepáticas y autoinmunitarias.
Referencias:
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