La realidad del hongo zombie

En los últimos meses el hongo Cordyceps ha sido un tema de conversación polémico debido al reciente lanzamiento de la serie de televisión -The Last Of Us-, en donde se habla de una pandemia global que destruye la civilización a causa de un hongo.

A partir del interés y las inquietudes de la sociedad respecto a Cordyceps, hoy te hablaremos un poco de él:

El hongo de la serie existe, sin embargo, no puede controlarnos (todavía). Según el argumento del programa, este hongo ha mutado debido al calentamiento global y ha causado que los humanos infectados pierdan el control de sí mismos y se conviertan en zombis asesinos.

Cordyceps abarca unas 400 especies en todo el mundo; a pesar de que para nosotros es un hongo inofensivo, la realidad es que es perjudicial para muchísimos insectos. Estos hongos producen enzimas que degradan la pared del exoesqueleto de los insectos para colonizarlos atacando el sistema nervioso, por lo que pierden la voluntad y el control de sus movimientos y acciones, lo que les conduce a dispersar las esporas e infectar a otros insectos. 

Lo más curioso de esto es que para nosotros Cordyceps es uno de los hongos medicinales más populares debido a sus múltiples beneficios a la salud.

Entre los compuestos que posee destaca su alto contenido en cordicepina que, junto al ácido cordicépico y la adenosina se convierte en una bomba de energía excepcional y única con un enorme valor terapéutico.

Cordyceps no solo es capaz de aumentar la energía: su efecto antifatiga y antiestrés aumenta el rendimiento deportivo y reduce la necesidad de descanso. Además, puede promover el aumento de la capacidad muscular.

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REFERENCIAS:

Rhyan Geiger, R. D. N. Suplementos de hongos que son altos para el humor, el enfoque, la salud inmune y más–Blog

Pérez-Villamares, J. C., Burrola-Aguilar, C., Aguilar-Miguel, X., Sanjuan, T., & Jiménez-Sánchez, E. (2017). Nuevos registros de hongos entomopatógenos del género Cordyceps sl (Ascomycota: Hypocreales) del Estado de México. Revista mexicana de biodiversidad, 88(4), 773-783.

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