La oxidación celular es un proceso natural que ocurre en el cuerpo cuando las células utilizan oxígeno para producir energía. Sin embargo, durante este proceso se generan subproductos nocivos conocidos como radicales libres, que pueden dañar las células y contribuir al envejecimiento cuando su presencia en el organismo no está controlada adecuadamente.
La acumulación del daño causado por los radicales libres a través del tiempo puede afectar la capacidad de las células para funcionar correctamente, y puede conducir al envejecimiento prematuro de ellas, y a su vez, de los tejidos y órganos. A este fenómeno se le conoce también como estrés oxidativo.
Además, la oxidación celular también puede desencadenar una respuesta inflamatoria en el cuerpo, lo que puede acelerar el envejecimiento y aumentar el riesgo de enfermedades relacionadas con la edad, como enfermedades cardiovasculares, neurodegenerativas, diabetes y cáncer.
Es de gran importancia proteger a las células del daño oxidativo consumiendo alimentos ricos en antioxidantes, a los que podemos definir como moléculas que pueden neutralizar los radicales libres y reducir el estrés oxidativo en el cuerpo, protegiendo a las células y promoviendo su funcionamiento adecuado. Además, llevar un estilo de vida saludable que incluya hacer ejercicio de manera regular, evitar el consumo de tabaco y de alcohol también puede ayudar a mitigar los efectos negativos de la oxidación celular en el envejecimiento.
Para reducir y prevenir el daño al cuerpo humano, se han producido muchos antioxidantes sintéticos que son ampliamente utilizados en la actualidad. Sin embargo, diversas investigaciones han encontrado que estos antioxidantes sintéticos presentan peligros potenciales relacionados con la salud, como daño hepático y cáncer. Por lo tanto, es de suma importancia desarrollar y utilizar antioxidantes naturales eficaces que puedan proteger el cuerpo humano de los radicales libres y retrasar el progreso de muchas enfermedades crónicas, sin presentar efectos adversos para la salud.
Cada vez existen más evidencias científicas que indican que muchos tipos de polisacáridos, ampliamente distribuidos en animales, plantas y microorganismos, poseen capacidades potenciales para prevenir el daño oxidativo.
El hongo Inonotus obliquus, conocido popularmente como “Chaga” es un hongo parásito que crece en troncos vivos de los abedules. Tradicionalmente, se ha utilizado para el tratamiento del cáncer gastrointestinal, enfermedades cardiovasculares y diabetes desde el siglo XVI en Rusia, Polonia y la mayoría de los países bálticos. En Siberia occidental, Chaga se ha utilizado como desparasitante, para tuberculosis, enfermedades del hígado o del corazón, dolencias estomacales y también como un agente de limpieza interna.
Chaga es la fuente con más antioxidantes que existe en la naturaleza. Contiene una gran cantidad de compuestos bioactivos, como polifenoles, flavonoides, melanina y betaglucanos, que le confieren propiedades antiinflamatorias, inmunomoduladoras y anticancerígenas.
Recientemente, se ha descubierto que la melanina obtenida de Chaga es un excelente antioxidante y tiene actividad genoprotectora, es decir, protege el material genético de las células, evitando así daños en el ADN y la aparición de mutaciones genéticas que puedan ser perjudiciales para la salud, ayudando a prevenir el envejecimiento celular.
Los compuestos bioactivos de Chaga también se consideran fotoprotectores: pueden ayudar a proteger a las células de la piel contra los daños causados por la radiación ultravioleta del sol, que es una de las principales causas del envejecimiento prematuro y del desarrollo de cáncer de la misma. Además. algunos estudios han sugerido que el hongo Chaga puede estimular la regeneración celular y promover la cicatrización, lo que ayuda a mantener la piel sana y radiante.
Los últimos hallazgos de los efectos benéficos de Chaga proporcionan una explicación farmacológica para algunos de sus usos en la medicina popular mencionados anteriormente y abren múltiples usos clínicos potenciales para prevenir o retrasar el deterioro oxidativo, las enfermedades crónicas y mejorar la calidad de vida de las personas en general.
Referencias:
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