Las enfermedades del sistema nervioso central, o neurodegenerativas, afectan a todos los sexos y edades y están aumentando a nivel mundial, lo que supone un desafío para la atención sanitaria en todo el mundo. Además, son muy costosas para diagnosticar y tratar. Los trastornos neurológicos o neurodegenerativos más prevalentes en todo el mundo son la enfermedad de Alzheimer y otras formas de demencia, la enfermedad de Parkinson, enfermedad de Huntington, epilepsia, depresión, psicosis, trastornos bipolares, esclerosis múltiple, y esclerosis lateral amiotrófica.
Estos trastornos neurológicos o neurodegenerativos tienen distintas causas, que desencadenan el deterioro del estado de ánimo, la memoria y el movimiento, por lo que son responsables de disminuir la calidad de vida de las personas y su capacidad de convivencia.
Los traumatismos craneales, incluyendo lesiones prenatales, tumores cerebrales, inflamación, hemorragia cerebral e infecciones cerebrales, que podrían ser virales o bacterianas que alteran las funciones neurológicas del paciente, son factores externos que pueden desencadenar enfermedades del sistema nervioso. Los factores internos incluyen envejecimiento, mutaciones y enfermedades autoinmunes como la encefalitis autoinmune. Sin embargo, en algunos casos no se tiene una causa específica conocida.
La epilepsia es una enfermedad neurológica que se caracteriza por la aparición de descargas eléctricas anormales en el cerebro, que provocan alteraciones en la actividad motora, sensorial, cognitiva y/o emocional. Es uno de los estados de enfermedad más antiguos conocidos por la humanidad. Su incidencia es mayor en los grupos pediátricos y geriátricos; se ha estimado que el 75% de los casos de epilepsia afectan a los niños. La esperanza de vida del paciente epiléptico es 10 años menor en comparación con personas que no la padecen
A pesar del desarrollo de un número considerable de medicamentos antiepilépticos, sigue existiendo la necesidad de medicamentos que sean terapéuticamente eficaces y seguros, con efectos adversos mínimos o sin ellos.
La mayoría de los tratamientos desarrollados hasta la fecha solo reducen el impacto progresivo y sintomático en la función de las neuronas, pero no se dirigen específicamente a la causa primaria de la enfermedad. En muchos casos, un solo medicamento puede no ser capaz de curar con éxito una condición neurológica. Las investigaciones han demostrado que la medicina alternativa, como la micoterapia, se puede emplear como complemento para tratar esta enfermedad.
La micoterapia utiliza los valiosos compuestos de los hongos medicinales (también conocidos como hongos funcionales) para tratar diferentes enfermedades. Los hongos medicinales tienen un alto potencial farmacéutico debido a sus excelentes propiedades benéficas y a su bajo contenido de lípidos y calorías.
Los hongos medicinales son recursos relevantes para la salud cerebral, ya que algunos de sus compuestos pueden cruzar la barrera hematoencefálica. Pueden ofrecer beneficios preventivos, curativos y restaurativos para varias enfermedades del sistema nervioso central.
Algunos de los hongos medicinales que han demostrado tener la capacidad de disminuir las convulsiones o tratar la epilepsia son Cordyceps, Reishi (Ganoderma lucidum) y Melena de León (Hericium erinaceus).
Hericium erinaceus
Popularmente conocido como “Melena de León”, es un hongo muy apreciado en la gastronomía, pero también por sus múltiples propiedades bioactivas. Los principales compuestos bioactivos de H. erinaceus utilizados como medicinales son las erinacinas y hericenonas, entre otros compuestos que muestran efectos antiinflamatorios. Puede disminuir el estrés oxidativo y la inflamación y aumentar las funciones inmunes. Además, se ha demostrado que H. erinaceus posee efectos neuroprotectores.
H. erinaceus protege a las neuronas del hipocampo y reduce la frecuencia de las convulsiones.
Ganoderma lucidum
Comúnmente conocido como lingzhi o reishi, G. lucidum es un hongo con una larga historia de uso culinario y medicinal. Los principales compuestos bioactivos de G. lucidum son los polisacáridos α/β-D-glucanos y triterpenoides (ácido ganodérico, ácido ganoderenico, ganoderol, ganoderiol, ácido lucidénico).
En humanos, se ha demostrado que las esporas de G. lucidum reducen la frecuencia de las convulsiones y mejora la calidad de vida en pacientes con epilepsia.
Cordyceps
Es un hongo medicinal utilizado en tónicos en varios países asiáticos para tratar la epilepsia, la ansiedad y el insomnio en pacientes con depresión. La cordicepina de Cordyceps puede inhibir la neuroinflamación, y por lo tanto, puede reducir el aumento de la activación neuronal, lo que lo hace un tratamiento potencial para la epilepsia
Referencias:
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