Las especies de hongos comestibles juegan un papel muy importante en la dieta de la población de muchos grupos étnicos en el mundo. Durante la lluvia, los hongos son un recurso fundamental en una gran cantidad de regiones de México, tanto por el autoconsumo como por la comercialización de los mismos. Sin embargo, no todos los hongos que se encuentran en los bosques son comestibles, algunas especies contienen compuestos tóxicos que son capaces de producir efectos nocivos en la salud llamados micetismos, que pueden ir desde una intoxicación leve que llega a provocar malestares gastrointestinales, hasta la muerte por envenenamiento. Es cierto que la cantidad de especies mortales es pequeña, pero tener en cuenta las consecuencias de los mismos es indispensable.
Es importante mencionar que para recolectar hongos es necesario hacerlo acompañado de un honguero (especialista tradicional de los hongos) y/o micólogo para evitar intoxicaciones, no hay forma certera de identificar un hongo tóxico a partir de una descripción breve, es necesario llegar al nombre de la especie para saberlo (con ayuda de un experto), por lo tanto, no hay reglas de colores, sabores y/o olores para llegar a tal conclusión.
Ahora bien, el micelio (que es el verdadero hongo) se encuentra por debajo del suelo en forma de filamentos delgados que pueden llegar a recorrer kilómetros, por lo tanto, es indispensable protegerlo para seguir permitiendo la fructificación de los hongos en los sitios a donde se va a recolectar; es importante llevar una canasta y una navaja, para de esta forma no arrancar los hongos directamente del suelo y dejar el micelio expuesto. Es relevante mencionar que no debemos recolectar especies que no necesitamos y llevarse lo necesario y lo que permita la comunidad en cuestión.
Referencias:
Ruan-Soto, F. (2018). Recolección de hongos comestibles silvestres y estrategias para el reconocimiento de especies tóxicas entre los tsotsiles de Chamula, Chiapas, México. Scientia fungorum, 48, 1-13.
