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Animales o plantas

Durante mucho tiempo se pensó que los hongos eran una forma extraña de plantas. En 1751, Linneo el padre de la taxonomía (ciencia que se encarga de clasificar la naturaleza), publicó su libro Philosophia Botanica, donde reconoció únicamente dos reinos de seres vivos: animales y plantas. Los hongos fueron ubicados en el grupo de plantas inferiores. Con la llegada de Darwin y su teoría de la evolución, los naturalistas comenzaron a preguntarse sobre el origen de los hongos y se llegó a la conclusión de que provenían de las algas.

Fue hasta 1969, cuando Whittaker propuso que los hongos no debían de formar parte del reino Plantae, si no que debían tener uno propio: el maravilloso reino Fungi

Al llegar la era de la genómica, fue posible saber que los hongos comparten un ancestro común más cercano con los animales, que con las plantas. La línea filogenética de los animales y hongos se separó de las plantas quizás hace más de mil millones de años. Los hongos y los animales siguieron su propio camino.

El ancestro común de los animales y los hongos eran los coanoflagelados, criaturas unicelulares, con características tanto de animales como de hongos.

Los hongos y los animales poseen diversas similitudes: su estructura celular y material genético es muy parecido, al igual que su nutrición y metabolismo, ya que ambos son organismos heterótrofos es decir necesitan una de fuente externa para alimentarse, a diferencia de las plantas que transforman la energía lumínica en azucares.

Y esto… ¿por qué es importante? Se piensa que el cuerpo humano reacciona tan positivamente ante los hongos medicinales debido a su gran parecido, ¡ya que poseemos receptores celulares que interactúan perfectamente con los compuestos medicinales presentes en los hongos!

¿Te parece curioso pensar que los hongos están más emparentados a los humanos que a las plantas?